Madre no hay más que una

Todos alguna vez, en nuestro día a día, hemos discutido en mayor o menor medida con nuestra madre. Es ley de vida, sobre todo a partir de esa edad que se considera entrada en la “edad del pavo”.

Hasta entonces, a todos nos parece que nuestra mamá es la mejor del mundo, la más guapa y la más madre… Pero desde los 13 o 14 (depende de cada uno) es muy importante llevar la contraria porque sí, y NO hacer lo que nos dicen precisamente porque nos lo dicen.

A veces esas discusiones se prolongan mucho después del “pavo”, provocando una convivencia tanto más que menos compleja, tensa y, en muchos casos, desagradable.

Puede que no sea la mejor madre del mundo. Yo estoy segura de ello porque creo que esa no existe. Incluso llega un momento que a todos nos parece que cualquier otra madre es mejor que la nuestra, más buena y tolerante, etc. Pero cada una es única, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas que nos sacan de quicio.

No siempre les agredecemos como deberíamos. Y les debemos todo.

(Un beso a todas las madres, en especial a la mía, que sufre tanto o más conmigo, como yo con ella)

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